La Etapa 9 de la Volvo Ocean Race 3.300 millas náuticas

Estamos ante la última etapa larga, un cruce transtlántico de 3.300 millas náuticas desde Newport (Rhode Island, EE.UU.) a Cardiff (Gales). Esta es otra etapa de las clásicas, un estatus que se le reconoce siendo la última etapa de la regata que puntúa doble. 

La idea de convertir el cruce del Atlántico en una competición comenzó en 1905, cuando el tres veces ganador de la America’s Cup Charlie Barr ganó la Kaiser’s Cup en la goleta Atlantic. Hizo el cruce en poco más de 12 días, un tiempo espectacular para un monotipo incluso hoy en día.

¿Qué meteo puede encontrarse la flota?

La etapa empieza el 20 de mayo, al final de la primavera, y el cruce debería estar condicionado por las borrascas (la ola de bajas presiones que circulan alrededor del Ártico y el Antártico). La salida está asentada exactamente en la zona de la borrasca y, a diferencia de la pasada edición, en la que la llegada estaba en Lisboa, ahora la meta está en Gales. En esta ocasión se hace el cruce translántico clásico, con lo que debería ser más rápido y más sencillo.

Nada más salir, la flota buscará una baja presión que les venga bien para cruzar y, una vez la encuentren, deberán aferrarse a ella con todas sus fuerzas. Aunque las tormentas y las olas del Atlántico en teoría no alcanzan la misma ferocidad que las del Océano Sur (porque hay más masa terráquea en el hemisferio norte para frenarlas), sigue siendo una etapa muy dura y muy fría.

¿Qué otros elementos entran en juego aquí?

La corriente del Golfo: El factor que más dificultades genera es la corriente del Golfo, una potente corriente de agua caliente que se origina en el golfo de México y que transcurre hacia el norte rodeando Florida por la coste este de los EE.UU hasta Terranova para después recorrer el Atlántico.

Esta no es una corriente uniforme hacia el este, ya que presenta una serie de innumerables remolinos y cambios de dirección bastante sutiles y de gran complejidad. Los navegantes dedicarán gran parte de su tiempo y energías a encontrar y optimizar su ruta desde Newport hasta el punto exacto de la corriente del Golfo. Si lo haces bien, te llevas un premio en forma de casi cuatro nudos de velocidad extra, con lo que este momento es el que te hace ganar o perder la etapa.

Más momentos Titanic: El hielo puede ser un factor protagonista en esta etapa, y es habitual que los oficiales de regata pongan un límite al norte de la ruta. La idea es mantener a la flota alejada de los grandes bancos de hielo. En esta zona, las aguas frías de la corriente del Labrador, que transporta el hielo desde el Ártico, se encuentra con el agua caliente de la corriente del Golfo. Se caracteriza por la niebla, por las tormentas muy duras y por los icebergs. De hecho, La Tormenta Perfecta tuvo lugar justo aquí. 

El anticiclón de las Azores: Es cierto que dijimos que esta etapa estaría completamente en la zona de las borrascas; de hecho, es algo que podría pasar. Pero el anticiclón de las Azores (una zona subtropical de altas presiones estable y semiestática ubicada entre los 30 y los 38 grados) puede moverse bastante hacia el norte a final de mayo, con lo que podría bloquear la ruta hacia la llegada en Gales.

Una etapa con una larga historia

Desde los tiempos de la Kaiser’s Cup, esta etapa vivió momentos dramáticos que llegaron incluso a tornarse en tragedia. Fue en la etapa de Nueva York a Portsmouth en 2005-06, cuando Hans Horrevoets cayó al agua desde la cubierta del ABN AMRO DOS; aunque fue rescatado 40 minutos después, no se le pudo reanimar. Justo dos días después de esta terrible pérdida, la estructura de la quilla del Movistar se rompió. La llegada de una tormenta y una previsión de más de 50 nudos obligaron a la tripulación a abandonar el barco y ser recogidos por el ABN AMRO DOS