Las balizas Argo de la Barcelona World Race
datos oceanográficos
Las balizas Argo convertirán a los navegantes de la Barcelona World Race en agentes científicos de primera línea. Fruto de la colaboración con la COI-UNESCO, todos los barcos embarcarán una unidad de estos valiosos detectores-emisores de datos oceanográficos y la lanzarán en unas de las zonas más inhóspitas y desconocidas del mar: el Índico Sur.
Tiene por finalidad recoger datos de temperatura y salinidad de alta precisión desde los 2.000 m de profundidad hasta la superficie del mar.
Estos datos son fundamentales para los oceanógrafos que estudian el comportamiento de las grandes masas de agua del mar, que son claves para entender la evolución climática del planeta.
Un auténtico minisubmarino
Las Argo son boyas autónomas que funcionan con baterías y pasan la mayor parte de su vida a la deriva en el océano. En la actualidad hay tres modelos de boyas Argo, pero todas trabajan de una manera similar.
Al lanzarlas al agua, las boyas permanecen unas 10 horas flotando hasta que, de modo similar a los submarinos, se sumergen automáticamente hasta unos 1.000 m. A esta profundidad, mediante una bomba de fluido, mantienen su densidad relativa igual a la del agua para mantenerse estables y así permanecen de ocho a 10 días arrastradas por la corriente.
Luego, descienden a 2.000 m y seguidamente ascienden de forma progresiva hacia la superficie. El ascenso dura unas seis horas, durante las cuales los sensores de la baliza van recogiendo datos de temperatura y salinidad.
Al emerger, los envían vía satélite y luego vuelven a sumergirse para repetir el ciclo. Cada baliza puede repetir este ciclo, de aproximadamente 10 días, unas 150 veces.
Las balizas permanecen geolocalizadas con precisión. El 16 de enero de 2014, 3.611 unidades estaban distribuidas por los mares del mundo proporcionando datos que explicarán luego los parámetros que rigen el cambio climático.
22 kg a bordo para lanzar en el Índico Sur
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